A través de los bandos, revistas, carteles, periódicos y fotografías se ofrece una retrospectiva de la Semana Santa alicantina desde los años cuarenta, en adelante.
La ciudad durante esos días vivía con fervor estas celebraciones religiosas y cumplía con los tradicionales bandos que por esas fechas se publicaban en relación con el orden público.
Así lo confirman, entre muchos, los bandos de los alcaldes Luciáñez Riesco en 1941, o de Agatángelo Soler en 1956, que anunciaban la tradicional parada de circulación de vehículos desde el Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria. Así mismo encontramos la petición al público que elegía el Castillo en Pascua, como zona de recreo, de respetar las reglas de urbanidad, durante las tradicionales fiestas de Resurrección, para evitar descuidos que pudieran provocar incendios en el monte.
Los periódicos reseñaban los acontecimientos del día. La Gaceta de Alicante de 10 de abril de 1941 alternaba la noticia de la dura situación política internacional con los temas religiosos. En su cabecera figuraba en la Sección Estampa de la Semana Santa y con el titulo La Luz del Gólgota, las reflexiones escritas por su director Francisco Ors. También se anunciaba la celebración de las procesiones como la del Santo Entierro.
Resulta curiosa las exhaustivas instrucciones sobre la asistencia obligatoria y con el equipo completo... etc a los cofrades de la Hermandad Sacramental de la Santa Verónica que impartía su mayordomo Tomás Valcárcel Deza en marzo de 1950.
Las revistas de Semana Santa notificaban al público los actos que se iban a celebrar durante esos días y se subvencionaban mediante la publicidad de particulares. Sugerencias publicitarias como las de la Revista Pasión de la Semana Santa de 1950, que invitaba a la gente a presenciar las procesiones desde el Café-Bar Molinero, en la Rambla.
Finalmente a través de la selección de unas fotografías en blanco y negro y color, correspondientes a los años cuarenta hasta los noventa, ofrecemos imágenes de los siguientes pasos: la Verónica, Virgen de la Soledad, el de Salzillo desde San Nicolás, el Descendimiento de la Santa Cruz, ..., rindiendo así un homenaje a los fotógrafos Francisco Sánchez, Eugenio Bañón y Goyo ya que gracias a su trabajo hemos recuperado las celebraciones religiosas de antaño.