Tiene la Semana Santa alicantina no sólo la cualidad de belleza, sino un personal acento. La rica conjunción de canto de saetas, de la presencia de damas con mantilla, de bandas de música donde la corneta y el tambor adquieren el peso solemne de la gravedad, de elegantes y sobrios estandartes, dan custodia y preeminencia a unos engalanados pasos impresionantemente "bailados" por los costaleros, que se acompañan de cofradías vestidas de los sobrios colores del dolor.
Las distintas manifestaciones y actos con los que se prepara la llegada de la Semana Santa , tales como vía crucis, conciertos, exposiciones o ensayos con los tronos, dan paso a la solemne celebración con el Pregón que tiene lugar en la Concatedran de San Nicolás. Así principia la ajetreada Semana Santa alicantina, en la que veintisiete procesiones y aproximadamente treinta conjuntos escultóricos engalanados con flores, se entrelazan y pueblan los barrios, plazas y avenidas. Entre toda esta riqueza ornamental destacan, por encima de todos, los actos de Miércoles y Jueves santo.
El primero de estos días tienen lugar la Procesión de la Santa Cruz, que, desde el barrio con el mismo nombre situado en la ladera del monte Benacantil, hace fluir en bajada los pasos del Cristo Gitano, Cristo Cautivo, Virgen de los Dolores y el Descendimiento a través de las estrechas y enrevesadas calles del Casco Antiguo hasta el centro urbano. En este descenso es impresionante el esfuerzo y la habilidad de los costaleros, que luego deben ascender, con no menor ahínco, para devolver las imágenes a la ermita del Barrio de Santa Cruz.
La noche del Jueves Santo, preludio de la Crucifixión, tiene como protagonista entre otras, la Hermandad Sacramental de la Santa Cena, con su imponente trono llevado por más de 200 costaleros y la Procesión del Silencio, que muestra como figuras centrales dos dramáticas imágenes de incalculable valor artístico: el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de las Angustias. Estas imágenes son acompañadas de la incierta luz de las velas, la vibrante solemnidad de trompetas y timbales, la dolorosa ruptura del silencio con la saeta que comienza y el intenso aroma del incienso, las flores o la cera quemada.
La Cofradía de la Sentencia de Jesús junto a la del Santo Sepulcro y la Soledad de Santa María, constituyen la Procesión del Santo Entierro, de carácter oficial en nuestra ciudad. La venerada imagen de Nuestra Señora de la Soledad, acompañada de todas las autoridades de la ciudad, cierra históricamente la Procesión Oficial de Alicante, siendo custodiada por la Escolta de Gran Gala del Excmo. Ayuntamiento de Alicante y la Banda Sinfónica Municipal.
Como colofón a la Semana Santa, en el domingo de Resurrección se produce el encuentro entre la Virgen de la Alegría y El Resucitado en Plaza del Ayuntamiento, donde se lanzan 300.000 aleluyas desde balcones y terrazas y se sucede un arrebato pirotécnico.
Pese a esta solemnidad, venir en Semana Santa a Alicante permite que el visitante pueda alternar ratos de recogimiento con los de diversión, de ensimismarse en contemplar el arte ,con disfrutar de todas las posibilidades que ofrece la ciudad, siempre con un ambiente cálido y acogedor.