Luz verde a otorgar la Medalla de la Ciudad al doctor Francisco Javier Balmis

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La ciudad de Alicante quiere reconocer y poner en valor la gran labor que desarrolló el doctor alicantino

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La Comisión Permanente de Asuntos Sociales y Culturales del Ayuntamiento de Alicante ha informado favorablemente de la concesión de la Medalla de la Ciudad al doctor Francisco Javier Balmis Berenguer que ha recibido el respaldo por unanimidad de todos los grupos municipales y que será llevado a aprobación en el pleno del próximo jueves.

La ciudad de Alicante quiere reconocer y poner en valor, con la Medalla de la Ciudad, la gran labor que desarrolló un alicantino ejemplar como fue el doctor Balmis como médico cirujano e impulsor de la Real expedición filantrópica de la vacuna de la viruela, que fue un hito en la historia de la medicina.

Nacido en Alicante, el 2 de diciembre de 1753, Balmis se trasladó a La Habana, y más tarde a la Ciudad de México donde sirvió como primer cirujano en el Hospital san Juan de Dios. Allí pudo estudiar remedios para enfermedades venéreas. De vuelta en España, llegó a ser el médico personal de Carlos IV. Persuadió al Rey de enviar una expedición a América a propagar la recién descubierta vacuna de la viruela.
 
Balmis y José Salvany fueron el alma de la expedición, la cual partió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 a bordo del navío María Pita. De allí viajó a San Juan de Puerto Rico, La Guaira, Puerto Cabello, Caracas, La Habana, Mérida, Veracruz y Ciudad de México. La vacuna llegó a lugares tan lejanos como a Texas en el norte y a Nueva Granada en el sur. Aunque no el propio Balmis, otros miembros de su expedición, entre ellos el doctor Salvany, llevaron la vacuna a América del Sur, hasta Chiloé, en la actual República de Chile, y en esa época el territorio más al sur bajo dominio español en el Pacífico.

En la Ciudad de México, a Balmis le costó convencer al virrey José de Iturrigaray, pero finalmente él y su hijo fueron vacunados.

En septiembre de 1805, Balmis zarpó a bordo del Magallanes del puerto de Acapulco hacia Manila, capital de las Filipinas, y en 1806 volvió a España. En su viaje de regreso todavía difundió la vacuna por Macao y Cantón (China) y en la isla de Santa Elena, posesión inglesa del Atlántico sur.