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Viernes 18 de noviembre a las 18.30 horas en el MACA
Cuando la forma fue asunto de Estado.
Comentarios a la exposición: Arte en una tierra baldía 1939-1959 a cargo del comisario, Nacho París.
Viernes 18 de noviembre a las 18.30 horas. Entrada libre hasta completar aforo
Tuvo el primer franquismo—fuera falangista o nacional católico— un decidido empeño cultural: primero mas de imperio crucifijo y raza, de arte académico o popular, y después mas español y místico, vanguardista e internacional. Pero aquel Estado —a Dios rogando y con el mazo dando— prohibía o promocionaba, siempre decididamente, unas formas artísticas u otras según creyera conveniente. Aquello era parte fundamental de su políticas, bien de adoctrinamiento, o de internacionalización. Y en esos giros de guion, encontró el decidido apoyo del amigo americano —bienvenidos Mr. Marshall Hiroshima y Nagasaki— que anduvo también ferozmente empeñado en demostrar, a través del arte, que el capitalismo era el territorio natural de la libertad individual. De menos tiempo que el franquismo disfrutó la Alemania de Hitler — tirano que había soñado ser artista y al que Oskar Kokoschka le arrebato una beca en Viena— para desarrollar su fiero proyecto cultural clasicista, de exterminio y «arte degenerado».
Fueron tiempos convulsos, terriblemente violentos, que acabaron con la vida de muchos, que empujaron al exilio a tantísimos. (Y otro proyecto cultural de Estado, el del México de Cárdenas, sería refugio, casa nueva de artistas e intelectuales). Tiempos en los que ciencia, cultura y razón de estado anduvieron de la mano del horror dejando una resaca de pasmo y escepticismo ante el proyecto civilizatorio occidental. Tiempos en lo que el arte fue condicionado radicalmente por la historia y el pensamiento político.
Nacho París
Diletante, aficionado al arte (aún sin saber que es o cuando pasa), ha coincidido con él interpretando diversas figuras que el tiempo y la fortuna le han ido proponiendo: la de estudiante, la de espectador, la de artista, la de teórico, la de crítico y escritor, la de activista, la de transportista y montador de exposiciones y la de comisario o curador —como se prefiera—. (Y muy brevemente y con poca fortuna la del pedagogo). En consecuencia ha dibujado, fotografiado, editado videos, ha escrito y hablado, ha colgado cuadros suyos y de otros y organizado algunas exposiciones propias y ajenas. Y en todo esto, para no sentirse solo, ha creado y participado en diversos colectivos.