Nueva Tabarca es un enclave insular de gran valor patrimonial, tanto en lo que se refiere a bienes culturales como naturales. Es por ello que desde 1964 está considerado como Conjunto Histórico, y desde 1986, el entorno marino como Reserva Marina, la primera que se declaró en España, y modelo a seguir en posteriores declaraciones de otros espacios marinos protegidos.
En base a ello, los tabarquinos han debido adaptarse a unas condiciones de vida en un pequeño espacio insular de poco más de 30 Ha., con importantes limitaciones provocadas a su vez por un muy acotado medio natural, junto a los propios condicionantes que produce su conjunto patrimonial de carácter integral. Su conservación, puesta en valor y divulgación, ha sido fundamental para mantener vivas muchas de las tradiciones históricas y etnográficas de un pueblo como los tabarquinos, que desde la colonización del enclave, han visto como sus condiciones de vida y su medio económico estaban estrechamente relacionados con la peculiar idiosincrasia del lugar, principalmente en cuanto a su medio marino, del que han vivido casi en exclusividad hasta bien entrado el siglo XX.
A lo largo de los últimos 30 años se han conseguido llevar infraestructuras a la Isla, que bajo el prisma del respeto al patrimonio isleño, han mejorado las condiciones de habitabilidad de Nueva Tabarca, y con ello, se ha propiciado la evolución en los medios de producción de los tabarquinos, desde una economía de subsistencia relacionada con la pesca, hasta la relacionada actualmente con el sector de servicios y el turismo, de la que vive la mayoría de la población en la actualidad, consolidándose como un destino turístico de primer orden.
El conjunto histórico de Nueva Tabarca. patrimonio arquitectónico
En Nueva Tabarca existe una ciudadela amurallada y urbanizada ex-novo, diseñada y construida en el último tercio del siglo XVIII, en tiempos de la monarquía de Carlos III. Cuenta con una serie de importantes elementos arquitectónicos que conforman el conjunto histórico, ampliado a su vez con algún otro inmueble extramuros. Los más importantes son:
- Murallas y Puertas
- Iglesia de San Pedro y San Pablo
- Casa del Gobernador
- Torre de San José
- Faro
Nueva Tabarca: patrimonio natural. medio terrestre y marino
El pequeño archipiélago de Nueva Tabarca ocupa una reducida extensión de terreno, poco más de 30 Ha., sometido a una peculiares condiciones geográficas, climáticas y edáficas. Factores como la aridez, salinidad, el viento o una fuerte insolación, condicionan un medio terrestre muy influenciado por la presencia antrópica. Todo ello configura un espacio singular emergido frente a las costas del Cabo de Santa Pola, falto de relieve, y en el islote más grande, la Isla Plana, con una plataforma elevada de unos 7 m. de altura media sobre el nivel del mar. Las condiciones apuntadas hacen que no se desarrollen especies arbóreas, y que la vegetación sea muy especializada en cuanto a sus adaptaciones morfológicas y sus funciones fisiológicas.
Especies botánicas representativas son:
- Cambrón
- Asterisco de mar
- Hinojo de mar
- Viborera
- Glaucio marino
- Escarchada
La fauna terrestre que se encuentra en la isla también debe adaptarse a las singulares condiciones de la misma, caso de algunos reptiles, así como arácnidos e insectos, los cuales, después de la vegetación, son el segundo eslabón en las sencillas cadenas tróficas que aquí se encuentran, carentes de grandes depredadores. De los mamíferos, el mejor representado es el murciélago, ya que el conejo, antaño abundante, hoy en día ha desaparecido. Las aves terrestres son de pequeño tamaño y adaptadas a vivir en ambientes antropizados, caso del vencejo común o el estornino negro. Existen en el archipiélago aves marinas nidificantes de gran interés, caso del Paíño europeo, que cría en el islote de La Galera.
Especies representativas son:
- Eslizón ibérico
- Gaviota de audouin
- Pardela ceninienta
- Vuelvepiedras
- Salamanquesa rosada
- Paiño europeo
Actualmente, la parte terrestre de Nueva Tabarca está protegida por dos figuras de conservación:
- MICRORRESERVA DE FLORA: ISLOTE DE LA NAO.
- ZONA DE ESPECIAL PROTECCIÓN PARA LAS AVES (ZEPA): ARCHIPIÉLAGO TABARQUINO
El medio marino circundante es de una gran riqueza en cuanto a biodiversidad, lo que le hace poseer un patrimonio natural de inmenso valor. En ese sentido, la Reserva Marina de interés pesquero de Nueva Tabarca, aparte de su primer objetivo en cuanto a la preservación y sostenibilidad de algunos artes de pesca artesanales, conservar unos valores naturales excepcionales y su gran riqueza biológica, también está entre sus metas a lograr.
La flota pesquera artesanal o de bajura de los alrededores de la Isla de Tabarca, cuyas embarcaciones típicas son llamadas “bussas”, aprovechan los beneficios que la Reserva Marina reporta gracias a su bien comprobado “efecto reserva”, calando habitualmente otros tipos de artes artesanales, como son los trasmallos, palangrillos, etc., en las inmediaciones del perímetro del área protegida, enriqueciéndose día a día de la biomasa que la Reserva Marina exporta. Esta es la prueba de que los beneficios de la Reserva Marina existen, aparte de estar comprobados por varios estudios llevados a cabo por la comunidad científica.
Existen en cada zona protegida marina una serie de especies que por su rareza, abundancia o peculiaridad, poseen una significación y valor especial y se convierten en especies emblemáticas de cada Reserva Marina. En el caso de la de Nueva Tabarca podemos resaltar tres especies:
La primera de ellas, como especie vegetal, es la fanerógama marina endémica del mar Mediterráneo Posidonia oceanica, que ocupa prácticamente el 80 % de los fondos de reserva, ya sea sobre fondos sedimentarios o mixtos. Esta planta otorga a los paisajes submarinos un aspecto particular, donde los rincones rocosos tapizados de color quedan “enmarcados” por los largos frondes de Posidonia oceanica, que asoman su verdor desde el fondo y en varias alturas sobre el lecho rocoso.
La segunda de ellas, dentro de la ictiofauna, y como gran señor de nuestras aguas: el mero (Epinephelus marginatus), que alcanza elevadas densidades tanto de ejemplares juveniles como individuos adultos en todos los rincones de la Reserva Marina. Existiendo varias congregaciones y colonias reproductoras de grandes ejemplares en las aguas de la zona de máxima protección y de profundidad moderada.
Por último, dentro de los crustáceos, la cigarra de mar (Scyllarides latus), especie de la que se ha percibido una notable recuperación de sus poblaciones dentro de la Reserva Marina, ya que era víctima de una captura masiva manual por pescadores submarinos hasta la creación de la misma.
Todas estas peculiaridades, unidas en una figura y un espacio como es la Reserva Marina de la Isla de Nueva Tabarca son el claro testimonio de que la existencia de este espacio marino reporta beneficios a todos, al mismo tiempo que beneficia a un mar Mediterráneo esquilmado que cada día más necesita de nuestro esfuerzo y dedicación.
La fauna terrestre que se encuentra en la isla también debe adaptarse a las singulares condiciones de la misma, caso de algunos reptiles, así como arácnidos e insectos, los cuales, después de la vegetación, son el segundo eslabón en las sencillas cadenas tróficas que aquí se encuentran, carentes de grandes depredadores. De los mamíferos, el mejor representado es el murciélago, ya que el conejo, antaño abundante, hoy en día ha desaparecido. Las aves terrestres son de pequeño tamaño y adaptadas a vivir en ambientes antropizados, caso del vencejo común o el estornino negro. Existen en el archipiélago aves marinas nidificantes de gran interés, caso del Paíño europeo, que cría en el islote de La Galera.