“Memoria del mar nuestro: pasado y futuro” es el título de la exposición del escultor madrileño Juan Garaizabal en la sala principal de la Lonja del Pescado, que estará hasta el 27 de febrero.
Pasado y porvenir
El artista proyecta el pasado en enormes lonas de algodón crudo, gastado, donde reconocemos trazos arquitectónicos que solo pertenecen a la memoria, telas que en sí mismas nos retrotraen a la vida de un antiguo zoco. El futuro se convierte en un telón a base de nervios de acero, luz y edificios verticales que recuperan materiales como botellas de plástico y que enfrentan al cielo su silueta hecha en metales brillantes.
La tensión entre ambas texturas, la pátina desgastada de las lonas y el brillo de los metales sintetiza la reflexión del escultor sobre el paso del tiempo, según su óptica.
2.000 años atrás, 2.000 adelante
El autor propone un cruce de miradas - 2.000 años atrás, 2.000 adelante - para alentar la conciencia y el esfuerzo colectivos. Garaizabal busca la complicidad e interacción de los visitantes, que podrán deambular entre los conjuntos arquitectónicos. El espectador tendrá la oportunidad de sentirse parte de ese pasado y responsable de su futuro, creando conciencia crítica a través de la emoción que transmite el arte.
“Me interesan esas ciudades en las que sus habitantes se preocupan e incluso se obsesionan por el futuro del lugar. La exposición pretende crear debate en torno a ello, incitando opiniones, voluntades y deseos”, reseña el protagonista. “La grandeza –explica– es nuestra forma de definir algo que nos apabulla, nos sorprende favorablemente, y ¿cuántas veces esta condición está en relación directa con la obra humana?”.
Garaizabal se detiene en la arquitectura de las ciudades primeras e imagina el paisaje urbano del futuro, dejando en el aire una pregunta: ¿seremos merecedores de ese gran pasado?.
Donación de una pieza a la ciudad
Con esta exposición, y la donación a su término de una de las piezas que la integran, Alicante se suma a la red de ciudades internacionales en las que la obra del artista madrileño se exhibe de forma permanente y pública: Miami, París, Pekín, Shangai, Berlín, Venecia o Connecticut. Será además la primera plaza de la cuenca mediterránea que acoja su obra.